Este es el guiso “gallego” así lo llamaba mi mamá, ¿será verdad?, ¿será mentira?, poco importa, poco importaba también en esa época.
Solo debo decir que no me gustaba, porque no tenía mucho, eran garbanzos, algo de hojas verdes, que podían ser espinacas o acelgas (seguramente y si era de Galicia, las hojas verdes serían grelos) y algo, muy poco de chorizo colorado.
Que justamente era lo que para mí lo hacia rico, pero no había mucho chorizo, había que ir pescando lo poco que había.
Y en una semana que empezaron a haber recuerdos y añoranzas, decidí hacer el famoso guiso “gallego” de Memé.
Obviamente en una versión que se adaptaba a mis recuerdos, pero con una salvedad, aca iba a haber mucho chorizo colorado, y lo haría en mi olla a presión.
¿Que lleva?
1 taza de garbanzos secos (previamente remojados durante al menos 6 horas o toda la noche)
200 g de chorizo colorado, cortado en rodajas finas
1 cebolla grande, picada (yo use una morada)
2 dientes de ajo, picados
2 tomates medianos, picados
200 g de espinacas frescas
caldo de verduras o agua
1 cucharadita de pimentón dulce
Sal y pimienta al gusto
Aceite de oliva
Poner la olla a presión en el modo saltear, agregar un poco de aceite, no mucho, y cocinar las rodajas de chorizo colorado hasta que estén doradas. Retirar y reservar.
En la misma olla, con el aceite que también largaron los chorizos, agregar la cebolla y el ajo, y cocinar hasta que estén dorados y fragantes, evitando que se queme el ajo.
Añadir los tomates picados y cocinar por unos minutos hasta que se ablanden.
Incorporar los garbanzos escurridos y remojados, el pimentón dulce, sal y pimienta al gusto. Mezclar bien para combinar todos los sabores.
Poner el caldo de verduras o agua en la olla y asegurando de cubrir completamente los garbanzos.
Cerrar la tapa de la olla eléctrica a presión y revisar de que esté bien sellada la válvula.
Seleccionar el programa de guisos o ajustar el temporizador manualmente a unos 20-25 minutos de cocción a alta presión.
Una vez que haya terminado el tiempo de cocción, dejar que la presión se libere.
Abrir la tapa con cuidado y agregar las espinacas frescas. Remover bien para que las espinacas se mezclen con el guiso caliente y se marchiten ligeramente.
Volver a colocar las rodajas de chorizo colorado reservadas en la olla y mezclar suavemente.
Rectificar el sazón si es necesario y servir el guiso caliente.
Y así era el guiso “gallego de memé, esta vez, disfrutando comerlo por el recuerdo, y porque no era necesario andar pescando algun que otro pedacito de chorizo colorado.
Nota: un dato curioso, mi mamá no cocinaba (aunque muchos creen que si), ella decía que saber dar las indicaciones era tan importante como saber cocinar, y hoy puede ser que le de la razón.