El cardamomo es el fruto de la “Elettaria cardamomun”, una planta familia de las Cingiberáceas cuyo origen se sitúa en países como la India, Birmania, Sri Lanka, Tanzania, Vietnam o en centroamérica.
Si bien India es mayor productor de cardamomo es Guatemala el país que más cardamomo exporta y el que tiene mejor calidad.
El cardamomo es una de las especias que mejor se reconocen, ya que su intenso y característico olor (entre menta, cítrico, dulzón y algo de picante) lo delata.
Esta especia, empleada en la gastronomía desde hace siglos, es junto a la vainilla y el azafrán, una de las tres especias más caras del mundo.
Su uso en la cocina depende del país donde se consuma. Por ejemplo en la India es muy común usarlo en la elaboración de currys, arroces y algunos postres, además de emplearlo para aromatizar bebidas como el té.
Por el contrario en los países escandinavos utilizan el cardamomo, junto con otras especias como clavo, jengibre, y canela. a la hora de preparar recetas de repostería tales como bollos, pan o galletas.
En algunas culturas de países de Oriente Medio muelen el cardamomo junto con el café para, optimizar aún más si cabe las propiedades organolépticas de ambos productos, y servir un café de cardamomo, que es casi un símbolo de la hospitalidad de los países árabes.
En América Central, más concretamente en Guatemala, lo utilizan para elaborar una goma de mascar con un intenso sabor a cardamomo.
En el ambiente medicinal, se puede emplear para tratar la dispepsia o indigestión flatulenta y aliviar los dolores retortijantes y los cólicos. Además, se agrega a los purgantes como condimento carminativo, ayuda a combatir la halitosis (mal aliento), y puede contrarrestar la diarrea.
Para ingerirse debe prepararse una infusión. Se vierte una taza de agua hirviendo sobre 1 cucharadita de semillas recién machacadas y se deja reposar durante quince minutos. La dosis es de una taza tres veces al día, y para tratar la flatulencia o la inapetencia, es necesario beberla media hora antes de las comidas. Asimismo, puede tomarse en forma de vino caliente como reconstituyente y utilizarse en polvo, tintura o varias preparaciones farmacológicas como aceites y extractos líquidos.
